Conoce de qué manera envejece tu piel con el paso de los años, y como puedes ponerle atajo y hacer el milagro de retener la juventud en tu piel.
Gracias al constante desarrollo de ingredientes antiedad en fórmulas cada vez más completas, que atacan el envejecimiento desde varios frentes, es posible cubrir las diferentes necesidades de la piel en cada etapa y edad de la vida y hacer que el cutis luzca espléndido siempre. Con el paso del tiempo, la flaccidez facial se vuelve una amenaza: la piel pierde elasticidad y como consecuencia los rasgos y el contorno del rostro se modifican. Por eso, actualmente, además de haber productos que hidratan, suavizan y revitalizan el rostro, revirtiendo así los signos visibles del envejecimiento y retardando la aparición de arrugas, hay muchos otros que apuntan a recuperar la estructura de sostén de los tejidos y a provocar un efecto tensor, tipo lifting, especialmente indicados para pieles más maduras.
Con el calendario
A partir de los 25 años: el envejecimiento de la piel se hace visible paulatinamente. En este momento aparecen las primeras arruguitas y todavía se está a tiempo de mejorar y prevenir la aparición de pequeños surcos en el rostro. Para ello, se recomienda comenzar a usar una crema anti-edad liviana, con ingredientes reconstituyentes y suavizantes, como aminoácidos, germen de trigo y vitamina E.
Entre los 35 y 45 años: los tejidos epidérmico y conjuntivo van perdiendo su estructura, disminuye el espesor de la piel y su elasticidad, por lo que comienza a perder firmeza, aparecen arruguitas transversales y se forman verdaderas arrugas en la parte exterior de los ojos (patas de gallo), en el entrecejo y en el cuello.
La piel adelgaza y necesita simples estrategias para conseguir retrasar síntomas de sequedad, fragilidad y flaccidez. Para cuidar las "ojeras" se debe usar una formula con retinol o algún gel descongestivo para párpados, en el resto del rostro se puede comenzar por la noche con alguna crema con retinaldehido para prevenir o tratar alguna arruguita de expresión
Alrededor de los 45 años: con el advenimiento del climaterio, por la disminución de estrógenos y de la secreción grasa, la piel empieza a perder hidratación. El cutis y el cuerpo lucen más secos, tanto en las pieles normales como en las grasas. El tratamiento en esta etapa debe apuntar a darle a la piel un shock de energía hidratante afondo, que estimule al máximo la regeneración celular.
Hay que optar por los productos que contengan colágeno o elastina, que calmen la irritación que produce la falta de humedad. Además son aconsejables las cremas que vienen enriquecidas con DMAE, extractos botánicos o ácidos frutales, que provocan un peeling imperceptible. Los antioxidantes, como la vitamina C o la coenzima Q10, también son muy importantes, ya que neutralizan la acción de los radicales libres, que son los principales causantes del envejecimiento.
Después de los 50: un estudio llevado a cabo en 600 mujeres de entre 50 a 64 años, por la consultora Millward Brown en 2002, reveló que el 73 por ciento de las mujeres está buscando una solución efectiva para recuperar la lozanía de su rostro. De ahí que los laboratorios dedicados a la cosmética hayan puesto la lupa sobre este segmento y lanzaron productos especialmente diseñados para pieles maduras. Pero ¿qué pasa cuando se pasa la barrera de los 50?
El envejecimiento cronológico y la menopausia ocasionan el descenso abrupto de colágeno, cuya función básica es aportar sostén y firmeza, además de hidratar la epidermis. Por eso, se pierde mucha elasticidad y disminuye la retención de agua. En este momento, la rutina diaria exige utilizar productos con ácido hiaíurónico y ADN, que son contenedores de agua. También fórmulas con ácido retinóico en diferentes concentraciones, retinol, ácido glicólico, colágeno, rigin o argireline, entre otras sustancias. Gracias a que los productos antiedad son cada vez más específicos y efectivos, el deseo de millones de mujeres de mantener su piel bella y sana por más tiempo usando simplemente una crema, es hoy en día real y posible
