Ya por el 500 AC, las romanas removían su vello con navajas o piedra pómez y preparaban cremas depilatorias caseras con drogas medicinales.
Entre los años 54 - 68 DC, las damas comenzaron con el uso de cremas depilatorias como alternativa, ya que las navajas resultaban peligrosas. Estas cremas contenían ingredientes como resina, durazno, uva blanca, extracto de hiedra, etc.
En la Edad Media, en Europa, las mujeres lucían grandes y muy llamativos tocados y el secreto de la belleza consistía en completar ese look con cejas y pestañas depiladas, las cuales eran rasuradas con navajas.
Del 1558 al 1603, para imitar a la Reina Elizabeth, las que querían lucir una piel muy blanca removían todo el vello de las pestañas y cejas.
Para 1770, las francesas se afeitaban toda la cabeza para usar increíbles pelucas, accesorios muy de moda en esos años.
A comienzos del 1800, las europeas siguieron con el ritual de la depilación en la cocina. Una fórmula típica usada contenía roble cortado mezclado con vino blanco francés. Estos ingredientes se ponían en agua caliente por 24 horas antes de ser utilizados. A fines de esa década, las campañas de marketing convencieron a las m ujeres norteamericanas que se afeitaran todo el vello del cuerpo, aunque en otras partes del mundo no se sumaron a la propuesta. Fue a un joven ejecutivo de marketing de Wilkinson Sword Company, que fabricaba hojitas de afeitar para hombres, que le debemos la obsesión por estar bien depiladas ya que diseñó una campaña publicitaria para convencer a las m ujeres norteamericanas de que el vello en las axilas era anti higiénico y lo peor:"que atentaba contra la feminidad". En los siguientes dos años, la venta de hojitas de afeitar se multiplicó varias veces.
Excentricidades siembre hubo y las más notorias las rotagonizaron las divas de Hollywood que, por la década del ’30, se quitaban totalmente las cejas para luego dibujarlas muy finitas con un delineador negro. Por suerte, este look tan exagerado y poco natural dejo de ser m oda y volvieron las c
