El aceite de oliva por sí mismo desprende un aroma muy característico, exquisito para muchos y algo fuerte para otros. Para estas personas que el sabor les resulta muy intenso, existe la posibilidad de aromatizarlo empleando cítricos como el limón, la naranja, el pomelo o la lima.
De esta forma el aceite de oliva adquiere el aroma de estas frutas y se puede emplear como toque final de muchas preparaciones.
En primer lugar hay que elegir la fruta con la que se va infusionar el aceite y a continuación retirar la cáscara.
Con un cuchillo muy afilado se elimina la parte blanca que está posee para que no deje un sabor amargo en el aceite. Luego, se coloca la cáscara en un jarro con agua hirviendo durante 10 segundos con el objetivo de suavizar el sabor final. Una vez lista, seque muy bien la cáscara para sumergirla en el aceite de oliva virgen.
Durante una hora se mantiene el aceite a baño María para que se infusione. Luego, se pasa por un colador y se introduce dentro de una botella o de un tarro de cristal. Lo más adecuado es almacenarlo en la heladera o en un lugar fresco para que el aceite no fermente ni se altere.
El aceite con aroma de cítricos es especial para condimentar ensaladas de cualquier tipo, y también se puede emplear para dar un último toque de sabor a alimentos ya cocidos como un pescado a la plancha, al horno, verduras salteadas o asadas, arroz, pasta, y muchas otras preparaciones. Incluso se puede añadir el aceite aromatizado aúna tostada con ajo y jamón crudo.
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