Lo peor que nos puede pasar al hacer una dieta, es dejarla de lado a medio camino, y sucede y suele suceder con mucha frecuencia. Incluso si hiciéramos una encuesta entre todas las mujeres que se ponen a dieta, el 100% reconocería habérsela saltado en más de una ocasión...
Y en muchos casos eso no ha impedido que lograran su objetivo. Lo cierto es que un buen plan nutricional debe tener en cuenta esas situaciones que, por otro lado, son totalmente normales. Lo único que debes tener presente es qué hacer en esos m omentos para no dar al traste con lo que ya has logrado.
Cómo reforzar tu voluntad
“Alegra” tus platos:
En este momento necesitas “comer con los ojos”. Da más color y atractivo a las preparaciones añadiendo a las sopas o purés de nuestros menús un elemento que te guste especialmente: unas cuantas pipas de calabaza peladas sin tostar, unos trocitos de pan tostado, cuadraditos de queso ligero, taquitos de jamón desgrasado...
Lleva un diario:
Divide un folio en varias columnas. En el margen izquierdo del papel señala la fecha, en la columna central qué plato has dejado de comer y por cuál lo has cambiado; y deja la columna de la derecha para tus comentarios (si notas ansiedad, si el trabajo o la familia te están generando estrés, en qué momento del ciclo estás, etcétera).
Pasados unos días te será más fácil volver a la dieta marcada y, si echas un vistazo a ese diario, comprobarás que los días de bajón coinciden con una situación de tensión o con el día 14 del ciclo, que es el momento de la ovulación. ¿Simple coincidencia? No, es el influjo de nuestras hormonas. Da prioridad a platos saludables y sigue premiándote.
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